"También ríen en los charcos los inmundos renacuajos cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó"

domingo, 24 de septiembre de 2017

El Evangelio según Frodo (Números IV)

Este Evangelio retoma, con un pequeño salto en sus páginas.
Como no podía ser de otra manera en estas cuestiones, la entrada XIII tuvo sus inconvenientes. Con esta aclaración le metemos un poco de presión al Apóstol de Culis Mundi, que se ha visto acorralado por el trajín de eso que se llama vida, al momento de escribir sus osunas elecciones.

Luego de la salvedad, proseguimos:


22 – Balac, rey de Moab, manda llamar a Balaam -a no confundir los cercanos nombres, mi viejo. Lo llama para que lo ayude a maldecir a los israelitas que se habían instalado frente a sus tierras. Dios le habla a Balaam, y le avisa que puede ir hacia allí, pero que sólo debe hacer lo que él le ordenare.
En medio del camino Dios se enoja y le envía un Ángel. La burra lo ve parado en el camino con su espada desenvainada y trata de desviarse, pero Balaam (que no ve al ángel) la castiga con golpes. Así repetidas veces, la burra trata de esquivar al Ángel que se le cruza y Balaam le pega, hasta que la burra, cansada de recibir piñas, se echa con Balaam de bruces al suelo. Balaam y burra empiezan a pelearse hasta que Dios se aparece y señala... a quien está apostado a un costado del camino.

No es Fito Paez exactamente un ángel, 
pero al menos le gusta estar al lado del camino


23/24 – Balaam se encuentra con Balac y lo advierte: “Aquí me tienes pero me será imposible bendecir o maldecir fuera de lo que Yavé me inspire”.
Dios se le aparece a Balaam y le pide bendecir a los israelitas. Balac a su vez le implora: “ya que no lo maldices, por lo menos no lo bendigas”.
Bendecir o no bendecir...

Benditos sean los Who que pronto por fin bajan hasta estos lares.
Canción de lluvia y bendiciones:

25 – Algunos israelitas, instalados cerca de los maobitas, comienzan a divertirse con las mujeres de éstos, son invitados a los banquetes y se postran ante nuevos dioses. Israel se prostituyó tanto que Yavé mandó ahorcar de cara al sol a los involucrados.
Sucedió que un israelita, volvió hacia sus hermanos trayendo una madianita. Al verlo, Finjas, nieto de Aarón, lanza en mano los atravesó a los dos, al israelita y a la mujer.

¿Conocen alguna canción de lanzas, ensartados o brochettes? 
El único "lancero" que conozco es el de esta milonga, letra de Carlos de La Púa

27 – Yavé desde la cima del monte le mostró a Moisés la tierra prometida. Y éste le dijo: “designa un hombre para estar al frente de esta comunidad, así el pueblo no parecerá un rebaño sin pastor”. Yavé establece como sucesor, como nuevo pastor de ovejas, a Josué.


28 – Pónganse sus mejor traje y peinense que se viene... El calendario de los Sacrificios:

Sacrificios cotidianos.

El holocausto del sábado.

Sacrificios de la luna nueva.


Venimos de
Números I y Números II

Si lo desean pueden repasar
Génesis
Éxodo
Levítico

domingo, 17 de septiembre de 2017

Las Señas de Panurgo

Pantagruel es el primer libro de Rabelais sobre relatos de gigantes escrito en el siglo XVI, el Gargantúa es el segundo. Aunque, siguiendo el orden cronológico de la trama suele leerse este último antes que el primero, ya que Gargantúa es el padre de Pantagruel.
Del Pantagruel, me sorprendió la forma de manejar el lenguaje (supongo que en francés es mucho más interesante), la sátira, el humor, las puteadas, lo escatológico y fisiológico, y los tremendos banquetes que hasta el día de hoy se recuerdan con su nombre como adjetivo.
De su gran capítulo XIX acerca de otro personaje llamado Panurgo, que transcribo a continuación, voy a necesitar que se tomen unos minutos de lectura atenta y espero comentarios al respecto a ver si me orientan, ya que a mí me generó más dudas que certezas. Dejo unos dibujos explicativos que, lejos de aclarar parecen oscurecer.
Creo también que algún buen samaritano debe hacer un video explicando todo esto.


DE CÓMO PANURGO DEJÓ CORRIDO AL INGLÉS 
QUE ARGUMENTABA POR SIGNOS

Entonces, asistiendo y escuchando todo el mundo en perfecto silencio, el inglés levantó las dos manos al aire, bien alto, por separado, cerrando las extremidades de los dedos en una forma que se llama en chinonés culo de pollo, y golpeó las uñas de una mano con las de la otra cuatro veces. Luego las abrió, y golpeó las palmas de las manos, la una contra la otra, con un sonido estridente; después las juntó de nuevo como antes, las chocó dos veces, y volvió a abrirlas cuatro veces. A continuación las volvió a poner juntas y extendidas, la una cerca de la otra, como si estuviese rezando a Dios devotamente.
🙌
🙏

Panurgo al punto levantó al aire la mano derecha y luego se metió el pulgar de la misma en la ventana de la nariz del mismo lado, teniendo los cuatro dedos extendidos y apretados en su orden, en línea paralela a la arista de la nariz, cerrando totalmente el ojo izquierdo, y mirando de reojo con el derecho, bajando profundamente la ceja y el párpado.

👃
😉

Luego levantó en alto la izquierda, apretando fuerte y extendiendo los cuatro dedos y levantando el pulgar, y la mantenía en línea correspondiendo exactamente a la posición de la derecha, con una distancia entre ambas de un codo y medio. Hecho esto, con la misma posición bajó ambas manos hacia la tierra, y finalmente las mantuvo en la mitad, como apuntando directamente a la nariz del inglés.


-Y Mercurio – dijo el inglés.
En esto Panurgo lo interrumpió diciendo:
-¡Habéis hablado, máscara!.
Entonces el inglés hizo este signo: levantó la mano izquierda bien abierta en alto, al aire; luego cerró en un puño sus cuatro dedos, con el pulgar extendido apoyado en la aleta de la nariz. Acto seguido levantó la derecha totalmente abierta y totalmente abierta la bajó, colocando el pulgar en el lugar en que se plegaba el dedo meñique de la mano izquierda, y movía lentamente en el aire los cuatro dedos de la misma. Luego al contrario hizo con la derecha lo que había hecho con la izquierda, y con la izquierda lo que había hecho con la derecha.


Panurgo, no extrañado de esto, tiró al aire su trismegista bragueta con la izquierda, y con la derecha sacó de ella un trozo de costilla bovina blanca y dos pedazos de madera con la misma forma, uno de ébano negro y el otro de la madera de Brasil encarnado, y se los puso entre los dedos de la misma en buena simetría, y chocándolos juntos, hacía un ruido como el que hacen los leprosos en Bretaña con sus tablillas, aunque sonaba mejor y más armonioso; y con la lengua contraída en la boca tarareaba alegremente, sin dejar de mirar al inglés.

(Nota del editor: representación censurada, no lo repitan en su casa)

El inglés por esto no se asustó, levantando las dos manos al aire, las mantuvo de tal forma que con los tres dedos mayores formó un puño cerrado, y pasaba los pulgares entre los dedos índice y corazón , y mantenía los dedos auriculares extendidos, presentándolos así a Panurgo, y luego los acopló  de modo que el pulgar derecho tocaba el izquierdo y el meñique izquierdo tocaba el derecho.


Ante esto, Panurgo, sin decir palabra, levantó las manos e hizo este signo. Con la mano izquierda unió la uña del dedo índice con la uña del pulgar, formando en medio una especie de anillo, y con la mano derecha formaba un puño cerrado con todos los d👀edos, excepto el índice, el cual metía y sacaba varias veces entre los otros dos mencionados dedos de la mano izquierda, luego extendió el dedo índice y corazón de la derecha, separándolos lo más posible y dirigiéndolos hacia Taumasto,


luego ponía el pulgar de la mano izquierda sobre el rabillo del ojo izquierdo, extendiendo toda la mano como un ala de pájaro o una aleta de pez, y moviéndola muy graciosamente hacia aquí y hacia allá, y lo mismo hacía con la mano derecha sobre el rabillo del ojo derecho.


Taumasto empezó a palidecer y temblar, y le hizo este signo.
Con la mano derecha golpeó con el dedo cordial el músculo de la palma de la mano que está bajo el pulgar, luego formó con el dedo índice de la derecha un anillo semejante al de la izquierda, pero puso por debajo y no por encima, como hacía Panurgo.

Entonces Panurgo golpea las manos, la uno contra la otra, sopla en las palmas. Esto hecho, pone de nuevo el dedo índice de la mano derecha en el anillo de la izquierda, sacándolo y metiéndolo varias veces. Luego sacó la barbilla, mirando atentamente a Taumasto.
👏

La gente, que nada entendía de estos signos, comprendió bien que con éste preguntaba a Taumasto, sin decir palabra, “¿Qué queréis decir con esto?”.
De hecho, Taumasto, empezó a sudar la gota gorda, y parecía totalmente un hombre sumido en una profunda reflexión. Luego se decidió y puso todas las uñas de la mano izquierda contra las de la derecha, abriendo los dedos en forma de semicírculos, y subía las manos todo lo que podía, al hacer este signo.
😓

Entonces Panurgo se puso de repente el pulgar de la mano derecha debajo de las mandíbulas y el auricular de la misma mano en el anillo de la izquierda, y así hacía castañear los dientes muy melodiosamente, los de abajo contra los de arriba.

😠

Taumasto, con gran esfuerzo, se levantó pero al levantarse se tiró un gran pedo de panadero, pues lo gordo vino después, y meó muy fuerte vinagre, y apestaba como todos los diablos; los asistentes empezaron a taparse la nariz, porque él se ciscaba de ansiedad, entonces levantó la mano derecha, cerrándola de tal manera que reunía la punta de todos los dedos juntos, y se puso la mano izquierda abierta en el pecho.
🙋
👊

Al punto Panurgo sacó su larga bragueta con su copete y la extendió un codo y medio; y la sostenía en el aire con la mano izquierda, y con la derecha tomó su naranja, y tirándola al aire siete veces, a la octava la escondió en el puño de la derecha, manteniéndola en alto muy quieto; luego empezó a sacudir su hermosa bragueta, mostrándola a Taumasto.

(Nota del editor: representación censurada, no lo repitan en su casa)

Tras ello Taumasto empezó a hinchar las dos mejillas como un gaitero y soplaba como si inflase una vejiga de cerdo.

A lo que Panurgo se puso un dedo de la mano izquierda en el agujero del culo, y con la boca aspiraba el aire como cuando se comen ostras de su concha, o cuando se sorbe la sopa, 

(Nota del editor: representación censurada, no lo repitan en su casa)

hecho lo cual abrió un poco la boca y con la palma de la mano derecha se golpeaba, produciendo así un gran ruido profundo, como si viniese de la superficie del diafragma por la arteria de la tráquea, y lo hizo dieciséis veces. 
✋👄

Pero Taumasto seguía resoplando como una oca.
Entonces Panurgo se puso el dedo índice de la mano derecha en la boca, apretándolo muy fuerte con los músculos de la boca, luego lo sacaba y al sacarlo hacía un gran ruido, como cuando los niños tiran con una cerbatana de saúco bellos pedazos de nabas; y lo hizo nueve veces.
👉👄

Entonces Taumasto exclamó:
-¡Ah señores, el gran secreto! ¡Ha metido la mano hasta el codo!
Luego sacó un puñal que llevaba, sosteniéndolo con la punta hacia abajo. En esto Panurgo tomó su larga bragueta, y  la sacudía cuanto podía contra sus muslos; luego se  puso las dos manos unidas en forma de peineta sobre la cabeza, sacando la lengua todo lo que podía, y poniendo los ojos en blanco como una cabra moribunda.
🙆

-¡Ah, entiendo! – dijo Taumasto – pero, ¿qué? – haciendo un signo en el que se ponía el mango del puñal contra el pecho y sobre la punta ponía la palma de la mano, volviendo un poco los extremos de los dedos.
A lo que Panurgo bajó la cabeza del lado izquierdo y puso el dedo corazón en la oreja derecha, elevando el pulgar hacia arriba. 
Luego cruzó los dos brazos sobre el pecho, tosiendo cinco veces, y a la quinta golpeando el suelo con el pie derecho, después levantó el brazo izquierdo, y cerrando todos los dedos en un puño, se puso el pulgar contra la frente, gopeándose con la mano derecha seis veces el pecho.
🙇
🚶

 Pero Taumasto, no contento con esto, se puso el pulgar de la mano izquierda en la punta de la nariz, cerrando el resto de la mano.

Entonces Panurgo se puso los dos dedos de en medio a ambos lados de la boca, estirándosela cuanto podía y mostrando todos sus dientes, y con los dos pulgares se bajaba fuertemente los párpados, haciendo una mueca bastante fea, según les parecía a los asistentes.



Entonces se puso de pie Taumasto, y quitándose el bonete de la cabeza, dio las gracias a Panurgo en voz baja.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Las Puertitas

La rutina me invita todos los días a atravesar unas 35 puertas (las conté ayer). Lo que de lunes a viernes daría unas 175, y si le sumáramos las del fin de semana, unas 1000 mensuales aproximadamente. En ninguno de estos umbrales ocurrió algo que fuera mínimamente sorprendente. Al menos esta semana.

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Pero el Señor López, un oficinista pusilánime, maduro, petiso, gordo, tiranizado por su jefe, atormentado por sus compañeros, vigilado y castigado por sus vecinos, maltratado por su fea y gruñona esposa, dominado por los medios; al atravesar tan solo la puerta de cualquier baño se traslada al mundo de la fantasía, a otros mundos. En el mismo tenor que los sueños, a veces es placentero, algunas otras la mayor de las pesadillas, y casi siempre algo muy extraño de interpretar.

Con una economía narrativa notable, Carlos Trillo como guionista y Horacio Altuna dibujante, realizaron este hito de la historieta argentina (llamala cómic si te va). Como verán en este ejemplo azaroso tiene mucho humor, algo de miedo... hay mucho miedo en esta historieta:


Según las dos recopilaciones que tengo, son 38 historias, se leen en un par de horas, pero están ahí siempre esperando para ser hojeadas. La estructura no cambia demasiado: una cabecera que se condice con la trama, y cinco páginas en las que en un principio algo rutinario o asfixiante le ocurre al Sr. López, por lo que decide correr y meterse al baño. Al atravesar la puerta viaja al mundo fantástico de tal manera que al regresar al "mundo real", por una puerta cualquiera de salida, su cosmovisión se verá alterada.
La variedad en la trama podía encuadrarla en una historieta erótica, de aventuras, histórica, o simplemente algo diario, urbano.
Se dice que fue construida como denuncia a la dictadura militar y la falta de libertad de expresión. Como verán también tiene mucha crítica social y política:


Les recomiendo que consigan las dos recopilaciones y las lean toda de un tirón, o si prefieren pueden hojearla toda vez que concurran corriendo al baño.
¡Es un portal a otro mundo!
La piden así: