"También ríen en los charcos los inmundos renacuajos cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó"

lunes, 12 de septiembre de 2011

DE JUANITOS Y RAMONAS


A Juanito Laguna se lo ve y se lo siente como el arquetipo de una realidad Argentina y Latinoamericana. Es un niño-adolescente de la calle que vive cerca del bañado del bajo Flores. En el personaje están fundidos todos los Juanitos que existen.
En una de sus caminatas por los suburbios de Buenos Aires, Berni llegó a una triste villa que lo impresionó profundamente. Volvió y quizo componer esa sensación, pero ni los óleos ni las témperas le alcanzaban para representarlo. Así descubrió que en esos barrios, en sus baldíos y basurales, estaba lo que necesitaba: latas alquitranadas, madera de cajones de fruta, chapas, juguetes viejos.
Rodeó a Juanito de esos materiales en que desenvolvían sus desventuras, para que, de lo sentido, brotara el testimonio; porque lo feo, lo incómodo, lo cursi, la ilusión de lo bello reemplazado por un objeto de consumo; es un símbolo para cambiar la conciencia de la gente que puede cambiar el mundo de Juanito. Los sintió testimonios mudos de una triste realidad, restos de una sociedad de consumo sin sentido.
Berni concibe los cuadros de Juanito Laguna como una serie narrativa discontinua. En algunos cuadros, es adolescente, en otros posteriores es pequeño. Incluso los Juanitos allí representados son distintos entre sí. En algunas ocasiones tiene el pelo lacio y, en otras, ensortijado; a veces es rubio y a veces moreno; su piel es blanca u oscura. Eso sí: todos los Juanitos son desaliñados, están descalzos o calzan alpargatas, aparecen representados generalmente solos y pasan su tiempo deambulando por los basurales de los suburbios.
Al tiempo que Berni contaba la historia de Juanito Laguna, también hace aparecer en sus pinturas a otro personaje: Ramona Montiel. Fue la chica de la misma villa donde vivía Juanito. Representa a todas las mujeres que desde los comienzos del siglo XX, llegaron a Buenos Aires desde Europa o el interior tentadas por ese mundo de hombres, con pocas mujeres y que pagaba muy bien. Con Ramona, Berni deja los elementos de descarte que usa en Juanito. A Ramona la seduce el lujo. Él utiliza los encajes, las sedas, los brillos, que le dan opulencia.